Una casa para alquilar
Lejos quedan los años en los que alquilar una vivienda era tan fácil que daba igual como estuviese. En tiempos de crisis los mercados se vuelven exigentes, y es normal que así sea. En Albacete, es especialmente importante debido al gran parque de viviendas en alquiler que han entrado en el mercado en los últimos años.
Muchas personas, cada vez más, deciden poner la vivienda en rento hasta esperar un cambio de tendencia. Esto es debido a las miserables rentabilidades de los depósitos a la vista, el equilibrio que aporta a una economía familiar el ingreso de una renta mensual, y la puesta en marcha de los desahucios exprés, que aporta seguridad a la propiedad.
En todo caso y el propietario arrendador debe entender que está vendiendo su vivienda y el alquiler tiene una perspectiva eminentemente práctica. Una casa para alquilar debe en primer lugar, tener todas las altas de suministros pendientes para hacer sólo el cambio de titularidad. Sí o sí. No es una cuestión de ley es un cuestión de mercado. El cliente verá tu piso y verá otro con las altas dadas y aunque le guste menos, se alquilará el otro. Hay que hacer valer el viejo refrán: “El cliente siempre lleva la razón”, y añadirle; “y cuando no la lleva, se le da”.
El piso ha de entregarse limpio. Sí, el inquilino limpiará sobre limpio, casi seguro. Pero es muy habitual que el cliente alquilador que recibe un piso sucio lo deje peor que estaba. Habrá algún propietario que piense que se lo dejan poco limpio, y seguramente con razón. Pero cuando uno va a un hotel no limpia, paga para que le limpien. Cuando uno entra en un piso paga por un servicio. Y si de la renta anual hay que destinar cincuenta euros a limpiar, se destinan porque eso va en beneficio de la velocidad del alquiler y la selección del perfil.
El piso de alquiler tiene que tener un precio correcto. Un mal precio hace que sólo se interese por su piso gente que no puede o no le dejan alquilar otra cosa. El arrendador que tiene un buen perfil, lo sabe. Y el propietario que quiere cogerlo tiene que tentarlo con el precio. Es más fácil poner un buen precio desde el principio y alquilarlo en ese precio que ponerlo cien euros más caro “por si les da por negociar”. Es mucho subestimar al futuro inquilino. El cliente que alquila hoy se puede permitir el lujo de elegir así que si queremos seducirlo con nuestro inmueble hay que cumplir sus expectativas.
Mucha gente nos dice en la inmobiliaria que no tiene pensado alquilar porque no quiere asumir el riesgo de un perfil inseguro. La mejor manera de conseguir un buen perfil del inquilino es siendo un buen propietario.
Unirse a la discusión